Ya sabes que para conseguir ese cuerpo que siempre has deseado no es suficiente con ir al gimnasio, sino que también debes tener un buen plan de alimentación. Por eso, cada vez son más los hombres que cuidan su alimentación y se ponen a dieta.

Unos lo dicen y otros lo llevan en secreto por miedo a los prejuicios. ¡Dilo orgulloso y saca tu dieta del armario! Estos son los motivos por los que los chicos también comemos sano.

Porque nos queremos levantar la camiseta

Queremos sentirnos bien con nuestro cuerpo, subirnos la camiseta y mirarnos los abdominales en el espejo del gimnasio como hacen esos chicos que entrenan con nosotros.

Deseamos mostrarnos en Instagram, Facebook, Twitter y en todas las redes sociales sin que una barriga colgandera sea la protagonista.

La competencia es dura, por eso nos gustaría subir fotos de nuestro torso a Tinder, Grindr y aplicaciones para ligar sin necesidad de utilizar Photoshop ni pensar en recurrir al contouring como los maromos de la película '300'. En definitiva, queremos vernos bien, enseñar, gustarnos, gustar y de paso... pillar cacho.

Porque Instagram nos ha convencido

Los perfiles de fitness y nutrición que seguimos en Instagram han hecho que nos demos cuenta de que ni las dietas son aburridas ni son solo cosa de chicas.

Desde que seguimos a diario a esos influencers del deporte y de la alimentación sana, ya no miramos a los brócolis con los mismos ojos de indiferencia.

Ahora sabemos que la quinoa no es una cantante, que teníamos al pollo infravalorado y que la dieta puede resultar interesante y sabrosa si nos lo montamos bien.

Convertir unas latas de atún y un poco de arroz en un plato digno de 'Top Chef' es una de las habilidades de las estrellas de Instagram que muestran sus recetas diarias en sus fotos y vídeos.

Ahora somos nosotros los que enseñamos en las redes nuestro desayuno a base de tortitas hechas con claras de huevo y avena o nuestros selfis en el gimnasio con morritos incluidos.

Porque nuestros amigos ya no comen hamburguesas

Las pizzas, las hamburguesas y las fritangas han quedado desterradas de las reuniones con nuestro grupo de amigos.

Todos, uno tras otro, se han ido poniendo a dieta conforme se han dado cuenta de que necesitaban cambiar su alimentación para transformar también su cuerpo. Ponernos a dieta con nuestros amigos es algo que nos ayuda a motivarnos, ya que podemos compartir impresiones e intercambiar consejos y trucos.

Parece que vernos rodeados de chicos que comen ensaladas y cosas sanas ha hecho que lo hagamos también nosotros. Además, para ser sinceros, el cuerpo que se les estaba poniendo a nuestros colegas nos estaba empezando a dar bastante envidia.

Porque ganarnos la vida con nuestro físico es nuestro plan B

En estos tiempos que corren, tener una alternativa a nuestra carrera profesional es una muy buena idea. Por eso, si el plan B de meternos a un reality no nos convence demasiado, podemos pensar en ganarnos la vida con nuestro físico.

Modelo, gogó, barman de la discoteca de moda... Para dar el perfil en determinados trabajos vamos a tener que hacer dieta y entrenar mucho, así que lo de comer bien nos servirá también como una inversión de futuro. Lo de aprender a bailar, hacer cócteles y posar ya es otra historia.

Porque también queremos cuidar de nuestra salud

Esto no es un anuncio de yogures, pero no queremos tener la tensión alta ni el colesterol por las nubes. Y es que aunque seamos jóvenes, un motivo muy importante por el que los hombres decidimos comer bien es el de cuidar de nuestra salud.

Además, cuando queremos conseguir un físico determinado tenemos que ajustar nuestra alimentación a un estilo de vida y nivel de actividad concreto para que no nos falten nutrientes. De esta forma los elementos que forman la dieta irán acordes con las necesidades de nuestro organismo.

Atrás quedaron los prejuicios. No nos da vergüenza decir que hacemos dieta. Nuestros cuñados tendrán que cerrar la boca cuando les enseñemos los bíceps en la próxima comida familiar. Los hombres hemos perdido el miedo a la palabra dieta y a cambio hemos ganado mucho.